jueves, 14 de enero de 2010

¡Adiós Tom!


Hoy jueves inicié el día no de muy buena manera, para empezar el noticiero matutino de Once Tv anunciaba que ya se empezaba a dimensionar el tamaño de la tragedia que azota al pueblo hermano de Haití, el terremoto destruyo el 60% de la infraestructura de aquella pobre nación y dejó, por lo 50 mil muertos. Al ir de camino a la escuela de Dante presenciamos como fue atropellado un ciclista, aunque el percance parece ser que no pasó a mayores y que solo fue un duro golpe para el desafortunado hombre nos dejó una sensación amarga. Ya en el trabajo se nos informó que teníamos que desmontar una exposición en el Teatro Juárez, así que ya estando allá recibí una llamada:
-          - Bernardo
-          - Si, él habla. (sin reconocer en ese momento la voz de la mujer que llamaba)
-         -  ¡Murió Tom Walsh!
Así  sin preámbulo ni contemplaciones, Jeannette me informaba que la huesuda se llevó al buen Tom, que su corazón decidió no soportar más la soledad de este cuasi Ermitaño ser y dejo de latir.
Después de la sorpresa llegó la tristeza, este ser excepcional había partido, se llevó los proyectos de una futura expo con su obra, de una revista de crítica de arte de la cual pensaba hacernos participes a Cecilia y a mí. Pintor incomprendido en está ciudad donde el ambiente “artístico” suele estar lleno de poses e hipocresía. Fue un artista honesto, comprometido, sabedor de que el “arte por el arte” sin compromiso es una mierda. Su obra estaba llena de fuerza, de rabia contra esta sociedad hueca, una pintura ofensiva y cruda era el resultado de la vista del mundo con el ojo único de quien ha bebido la soledad, retrató está ciudad como lo que es y pocos quieren aceptar. Como veterano de guerra en Vietnam expresaba su odio al aparato imperialista del gobierno de su país (USA) - Qué viste en aquellas selvas asiáticas que te obligaba a beber cerveza en gran cantidad para aliviar tus recuerdos -.
Realmente nos hubiese gustado conocerte más, por lo pronto te recordaremos todos los días, pues estarás en casa todo el tiempo, como el viejo de la pintura que nos diste y que  está en la sala, observando sentado el transcurrir del mundo… tal vez por fin descanses de tus pesadillas que te hicieron el pintor que fuiste.   
¡Adiós, Tom Walsh!

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